FLORES PRESERVADAS. Las tres reglas básicas para que te duren años.

¿Te han regalado un bonito ramo de flores preservadas? O quizá has elegido tú un precioso ramillete o centro de flores secas para decorar tu casa. Sea como sea, y ahora que ya sabes que son tan o más bonitas que las flores frescas, te asalta una duda: ¿Qué hago o qué no debo hacer para cuidar esta maravilla?

Lo primero que te diré que estás de enhorabuena. Las flores secas o preservadas, a parte de ser una belleza tienen algo muy positivo: no necesitan apenas ningún cuidado para disfrutarlas durante meses o incluso años. Sólo hay que seguir unas  recomendaciones muy básicas para disfrutarlas como el primer día. Vamos, que prácticamente no tienes que hacer casi nada.

Nada de agua

Lo que jamás, y repetiré, jamás debes hacer es ponerlas en agua. Son flores naturales, sí, pero precisamente lo que les da su larga vida es que se ha eliminado todo resto de hidratación en sus tallos y pétalos. Por eso, no prepares ningún jarrón con agua. Al contrario, asegúrate que ,si las pones en un jarrón, esté bien seco y no haya resto de humedad. De hecho, la humedad es su mayor enemiga. Si vives muy cerca del mar, lo recomendable es no ponerlas donde haya corrientes de aire ya que podría condensarse humedad y acelerar su deterioro. Al elegir un jarrón es recomendable escoger uno que permita que los tallos no queden muy pegados al cristal ya que también podría favorecer la condensación.

Nada de sol

El segundo tabú para las flores preservadas son los rayos directos del sol. Los rayos UVA dañan a las flores como lo harían con tu piel, pero al revés. Tu piel se vuelve morena en contacto con el sol, pero las flores, al contrario, pierden su color. Así, que si quieres que tus preciosas flores mantengan esos colores que te han enamorado, colócalas en un lugar que luzcan pero que no sufran baños de sol. De hecho, debes saber que las flores preservadas van matizando lentamente su tonalidad pero este proceso es muy lento y sólo el sol lo aceleraría.

Ojo con el polvo

A parte de estas dos precauciones que te he explicado, el único mantenimiento que necesitaran tus flores preservadas es eliminar el exceso de polvo de su superficie. Pero no saques el plumero todavía del armario de limpieza, sólo cuando notes que se ha acumulado polvo en los pétalos y queda poco estético, deberías pasarle un cepillito suavemente para devolverles su esplendor. Otro truco es utilizar un secador de pelo con la función aire frío. No lo acerques demasiado, mantenlo a unos 30 centímetros para no dañar los pétalos.

Si sigues estos tres simples pasos, podrás alargar aún más la vida de tus flores secas. Tanto que incluso quizá llegues a aburrirte del mismo diseño y entonces decidas regalarlo y elegir un nuevo complemento de decoración para tu rincón favorito.

Aureli Nieto

Florista y Director Creativo de Auro Floral Stories

 

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Aureli Nieto

Maestro Florista y fundador de auro floral

"Compartir mis aprendizajes es la mejor manera de disfrutar mi pasión por las flores preservadas"